Con lubricación por circulación se hace referencia a un circuito de lubricante. Este tipo de lubricación se trata de una aplicación continua de lubricante y de un flujo y reflujo constante del mismo. El lubricante se encuentra en un recipiente (depósito, bandeja de aceite).
En la lubricación por circulación, se utilizan como
lubricantes sobre todo aceites. Los aceites tienen una elevada viscosidad y,
por este motivo, son más adecuados que las grasas para este proceso de
lubricación. El ejemplo más conocido es el motor de combustión de cuatro
tiempos.
La lubricación por circulación transporta al punto de lubricación la dosis necesaria y perfecta de lubricante y, al mismo tiempo, puede ocuparse de la refrigeración. Este tipo de lubricación incluye fundamentalmente un circuito cerrado de lubricante. Se compone del depósito, la aplicación sobre el punto de fricción y la recirculación. También pueden interconectarse un regenerador de lubricante, un filtro de aceite y, en caso necesario, un grupo frigorífico.
Durante el primer llenado o el rellenado del depósito de aceite, se debe contar con una limpieza absoluta, un control de la ventilación y prestar atención a la presión del aceite (nivel de aceite) para poder garantizar un resultado óptimo del proceso de lubricación.
La lubricación por
circulación necesita menos lubricante gracias a la reutilización del
mismo. Gracias al sistema cerrado se vierte poco o ningún lubricante al
entorno.
Ventajas de la
lubricación por circulación: