En relación con la lubricación aceite-aire también se habla de lubricación por cantidades mínimas, así como de lubricación-refrigeración por cantidades mínimas.
En este tipo de lubricación
centralizada, una bomba impulsa el aceite directamente, o a través de un
distribuidor progresivo, hasta un dispositivo mezclador (distribuidor
mezclador) que, al mismo tiempo, está conectado a la red de aire comprimido a
través de un regulador de presión. En el dispositivo mezclador se dosifican el
aceite y el aire comprimido y se distribuye a través de varios conductos de
aceite-aire. Dentro de los conductos aceite-aire se va construyendo una
película cerrada de aceite bajo la influencia del aire a presión sobre el
aceite introducido por impulsos. Dicha película se mueve en forma de estrías en
el interior de los conductos aceite-aire hasta llegar al punto de apoyo, punto
de fricción o juntura. Allí, el aceite se separa de las paredes del conducto o
del agujero de entrada, con lo que se suministra lubricante al punto
correspondiente. Los puntos de lubricación se pulverizan con una mezcla de
aceite y aire con un flujo de aceite fino y continuo. La lubricación
aceite-aire se encarga, al mismo tiempo, de evitar la entrada de partículas
extrañas en el cojinete o juntura a través de la sobrepresión existente. La
mezcla de aceite-aire es capaz de atravesar los remolinos formados en el
cojinete, que son causados por la fuerza centrífuga de altas revoluciones. En
los sistemas aceite-aire no se genera microniebla y la temperatura de los
cojinetes se reduce.
Entre las principales ventajas de una lubricación con aceite-aire pueden mencionarse los siguientes puntos: